"Madrid me mata". Eso decimos muchos de los que ocupamos este espacio tan lleno de gente y vacío de personas, para referirnos a que ni contigo ni sin ti, pero más sin ti. Sin ti, mucho más... Es como una resaca contagiosa y común... Puede que a Hilario Camacho, Madrid lo matara de verdad. De verdad de la buena. De esa que deja lugar a pocas dudas y aroma de rosas y lágrimas en el asfalto... Y ese llanto salado, moja tu paladar...
Aunque Hilario Camacho es conocido fundamentalmente por Tristeza de Amor, de la segunda época de su carrera musical nos ha dejado canciones soberbias como ésta que traigo aquí, Taxi, Final de Viaje, etc. Y no fue necesariamente la balada o la canción eminentemente romántica donde más destacó. El ritmo vivaracho de este tema recuerda la gran escasez de cantautores que ha habido en España que se hayan decidido a explorar espacios fuera de lo melancólico.
Les ruego, si se deciden a pinchar el enlace, que pongan especial atención a la parte de punteo vocal en el centro de la canción. Para venir de un, sobre todo, creador de música, no desmerece en absoluto al talento que muestran algunos cantantes cuyas facultades interpretativas, con mucha razón, elogiamos.
Copio la letra por aquí debajo. Quién sabe si cuando escuchen la canción por segunda vez, les da a ustedes por cantar.
Madrid amanece
con ruido, con humo,
y oscuros borrones
flotando entre nubes.
Madrid amanece
entre sueños perdidos,
confusión y sorpresa
latiendo en las venas.
Y entre tinieblas de fiebre se abre paso la luz,
es como una resaca contagiosa y común...
Que te vuelve a recordar qué solo estás, qué solo estás, qué solo estás,
en medio de tanta gente, qué solo estás.
Madrid amanece
con miradas de odio,
egoísmo y desdicha
corriendo sin meta.
Madrid amanece
entre amorosas cadenas,
amarga desidia
y lágrimas ácidas.
Y ese llanto salado moja tu paladar,
Madrid amanece a través del cristal...
Y te vuelve a recordar qué solo estás, qué solo estás, qué solo estás
en medio de tanta gente, qué solo estás.
Una vez más, una vez más, una vez más...
Una vez más, una vez más, una vez más...
Una vez más, qué solo estás, una vez más...
Aunque Hilario Camacho es conocido fundamentalmente por Tristeza de Amor, de la segunda época de su carrera musical nos ha dejado canciones soberbias como ésta que traigo aquí, Taxi, Final de Viaje, etc. Y no fue necesariamente la balada o la canción eminentemente romántica donde más destacó. El ritmo vivaracho de este tema recuerda la gran escasez de cantautores que ha habido en España que se hayan decidido a explorar espacios fuera de lo melancólico.
Les ruego, si se deciden a pinchar el enlace, que pongan especial atención a la parte de punteo vocal en el centro de la canción. Para venir de un, sobre todo, creador de música, no desmerece en absoluto al talento que muestran algunos cantantes cuyas facultades interpretativas, con mucha razón, elogiamos.
Copio la letra por aquí debajo. Quién sabe si cuando escuchen la canción por segunda vez, les da a ustedes por cantar.
Madrid amanece
con ruido, con humo,
y oscuros borrones
flotando entre nubes.
Madrid amanece
entre sueños perdidos,
confusión y sorpresa
latiendo en las venas.
Y entre tinieblas de fiebre se abre paso la luz,
es como una resaca contagiosa y común...
Que te vuelve a recordar qué solo estás, qué solo estás, qué solo estás,
en medio de tanta gente, qué solo estás.
Madrid amanece
con miradas de odio,
egoísmo y desdicha
corriendo sin meta.
Madrid amanece
entre amorosas cadenas,
amarga desidia
y lágrimas ácidas.
Y ese llanto salado moja tu paladar,
Madrid amanece a través del cristal...
Y te vuelve a recordar qué solo estás, qué solo estás, qué solo estás
en medio de tanta gente, qué solo estás.
Una vez más, una vez más, una vez más...
Una vez más, una vez más, una vez más...
Una vez más, qué solo estás, una vez más...
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