estrachas del ocelote

Pequeño almacén de letras



jueves, 10 de mayo de 2012

Follow you, follow me.

Entre los cuatro sumaban 48 años. Preparaban el Highway to Hell para el día de la pequeña gran fiesta. Ella echaba de menos que alguien le apoyara con otra voz, ¿qué tal en el estribillo? Highwayyy to Hell… Pero a los chicos lo que les iba era el guitarrazo sin piedad. Y menudos guitarrazos para gente que no le sacaba aún demasiados centímetros al extremo del mástil cuando la guitarra estaba de pie en el suelo. En uno de los últimos ensayos, el batería decidió hacer el estribillo con la chica, y eso supuso un lío para el montador del tinglado, porque instalar un micro delante de la batería es tarea compleja. Hay que ponerlo un poco lateral, y aún así, nunca sabes. Con los directos nunca sabes, y tan chavalillos...

Puede que por una razón semejante a lo narrado empezara Phil Collins a levantarse del asiento de la batería para que se le viera mejor al cantar. Eso sería después de que la voz de Peter Gabriel se alejara por las bambalinas después de haber llenado tantas veces el escenario. Esta canción es de cuando Phil Collins ya estaba de pie, y delante frente al público, pero tiene un cierto regusto antiguo de la primera época de Genesis. Por eso me gusta especialmente. Aunque después de escuchar varios temas de esta banda, casi todos me gustan especialmente.



 


Si a alguien que lea esto le gusta mucho Genesis, y no conoce de su primera época (la que llaman de rock progresivo) el álbum Selling England by the pound, lo recomiendo fervientemente. Es un disco excepcional, de esos que se estructuran en partes a las que denominan canciones, aunque bien podían llamarlas movimientos. En el disco hay, sin embargo, un temita chiquitín que abusando de su paciencia les dejo también. Curiosamente es la única parte del disco que canta Phil Collins, entonces desde su taburete.