Todos los jugadores del equipo de Vicente del Bosque que nos están haciendo soñar con la gloria durante estos treinta días de Mundial sudafricano, están orgullosos de vestir la camiseta de la Selección Nacional. Se sienten honrados por tener la oportunidad de enfundarse "La Roja". Al menos, eso he escuchado decir a todos aquellos a los que les han preguntado al respecto en los medios de comunicación. Qué bien les comprendo. Yo también lo estaría. Y eso, aunque no me pagaran 600.000 euros (esta cantidad me parece tan desorbitada que he dudado sobre qué resultaría más agotador para el lector, si leerla escrita con números o con letras) por traerme la Copa a España.
He tenido alguna que otra discusión a propósito de este tema, y gracias a ellas he podido saber que el total del dinero de esas primas (si mi calculadora funciona adecuadamente, hablamos de 13.800.000 euros, sólo en lo relativo a los jugadores), saldrá de los fondos que la FIFA otorga al campeón, así como de los pagos realizados por los patrocinadores comerciales de la Selección Española de Fútbol. Esto me ha consolado bastante, y ya estoy indignado sólo en grado positivo, y no superlativo, como me venía sucediendo cuando era un desinformado más, de entre los millones de ellos que hay en el país en estado de perplejidad severa, por el hecho de que nuestros seleccionados tengan la posibilidad de escalar alguna posición más en el ranking de ricos de España. Se conoce que andaban en posiciones algo bajas dentro del pequeño grupo de 143.000 almas que forman dicho colectivo, dato que revela un informe que ha hecho público en estos días una solvente empresa que realiza, entre otras cosas, este tipo de estudios. Curiosamente, el mismo documento anuncia también, que se ha producido un gran incremento en el número de personas que sufren importantes problemas económicos para llegar a fin de mes.
Pues entonces ningún problema. Si las primas (cuya comparación con las destinadas a los jugadores de otras selecciones intuyo que es mejor no investigar) negociadas con los jugadores, por parte de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) -que es un organismo dependiente de la Administración del Estado, hecho que es de importancia nuclear-, nos salen gratis, que les den dos millones de euros mejor, o mejor tres, o mejor todavía, o mejor aún…
Esta podría ser, más o menos, la secuencia de las transacciones económico-comerciales en todo este invento:
Un patrocinador paga a la RFEF un determinado dinero como contraprestación a un servicio que recibe. Ese servicio consiste básicamente en que millones de personas pueden ver con nívea claridad su Marca casi pegada en la piel de los gladiadores que van a sacar a España de esta melancolía en la que la crisis económica y el desapego a la clase política nos tiene sumidos. La Marca Comercial en la ropa, los mensajes que incitan al consumo de sus productos durante la emisión de los partidos, e incluso el rodaje de algunos, quizá bastantes, spots publicitarios por parte de los jugadores (que son el activo más importante que la parte proveedora de este contrato posee), formarán parte de ese servicio.
El precio del servicio lo establece el proveedor, de eso no cabe duda. Bien es verdad que su cliente no estará dispuesto a pagar de igual manera si los medios que se ponen a disposición del servicio se llaman Mariano Fernández o Enrique Portalón, que si se trata de Fernando Torres o Íker Casillas. Natural. Como quiera que éste último es el caso, es decir, que Vicente del Bosque no ha seleccionado ni a Mariano ni a Enrique (aunque apuntan maneras en esto del espectáculo balompédico, no se crean), y sí a Fernando y a Íker, el cliente acepta pagar un pastón por su contrato. Con ese dinero, y otros de diversa procedencia, pero que nunca vienen (insisto en ello, y también lo ha hecho, al parecer, Don Jaime Lissavetzky, que es un tipo que me cae bien y cuya tarjeta de visita reza “Secretario de Estado para el Deporte") de nuestros bolsillos, ya algo vacíos y escépticos, a estas alturas; la RFEF negocia las primas cuyo importe ya conocemos.
Yo no voy a atribuir la responsabilidad de todo este absurdo a los jugadores. No me parece justo, es cierto. Pero también es verdad que no me parecería ni medio mal que distrajeran un ratillo de su trabajo de hacer magia con el balón, para acordar, en un cónclave de vestuario, una oferta de reducción de sus primas, ahora que más de dos millones de paisanos lo van a hacer gustosamente sin que nadie les haya pedido su opinión.
Sin embargo, no me queda más remedio que atribuir la autoría del desaguisado a los representantes de la Administración del Estado involucrados en el proceso, que padecen una ceguera de solidaridad y sentido común, digna de estudio clínico. Si las dichosas primas, y yo no digo que no haya que establecer alguna, fueran un poco más asequibles a las posibilidades económicas de la caja de todos, y desde luego, más alineadas a "la que está cayendo", igual el ahorro conseguido permitía la construcción de uno o dos campos de fútbol para los chavales de barrios desatendidos, o para cualquier otra inversión de las que sí se pagan con el dinero de todos.
Alguien arrojó el otro día la idea, alojada entre el liberalismo económico y el forofismo deportivo más exacerbado, de que si se redujeran las primas a los jugadores, a éstos no les iba a merecer la pena ir a la Selección, con todas las molestias que el rodaje de anuncios conlleva. Y que por consiguiente, el "negocio" de nuestra participación en el Mundial de Fútbol se vería perjudicado. Me quedé algo sorprendido. Ignoraba que el orgullo de vestir una camiseta se midiera en euros.
Junio de 2010
"Alguien arrojó el otro día la idea, alojada entre el liberalismo económico y el forofismo deportivo más exacerbado, de que si se redujeran las primas a los jugadores, a éstos no les iba a merecer la pena ir a la Selección,"
ResponderEliminarPara flipar en colores. Pobrecitos míos. Y todavía habrá quién diga que vaya putada que a los 32 o 33 los retiren. Ya quisiera yo.
nltc
De verdad, qué mal repartidas están las vocaciones. Y creo que ya no estoy a tiempo de cambiar. Porque, en vuestra opinión, ¿me sería muy difícil aprender a hacer una chilena midiendo metroymedio? Yo creo que si me esfuerzo...
ResponderEliminarVale, para el remate de cabeza lo tengo complicado, sí. Jo.
Hola.
ResponderEliminarHe investigado un poco y parecer ser que los de "la roja" son los segundos en el ranking de primas, detrás de EEUU. (Claro que a éstos como si les ofrecen un viaje a la luna, dadas sus posibilidades)
El tercer puesto lo ocupa Argentina.
De nada.
(Arrebolada, nunca es tarde para aprender a hacer una chilena, querer es poder)
SAludos.
Qwerty.
Sí, nltc, yo creo que con el sueldecillo que cobran estos chavales, me podría yo organizar sin apreturas, aunque mi vida laboral fuera cortita, cortita.
ResponderEliminarArrebolada, metro y medio es la altura idónea para ejecutar el remate de chilena. Además, mira Agüero, el jugador del Atleti, mide poco más y ha hecho algún gol de cabeza.
Gracias por la información de las primas, Qwerty. Ya me sospechaba yo que eso iba a ser así.
Saludos a todos.
Desde que empezaron a decir el tanto por ciento que iban a reducir del salario a trabajadores de la administración, y a los que no lo son...el primer pensamiento que me vino a la cabeza fue el de los futbolistas, es verdad que pagan muchos impuestos según me dijeron cuando comenté esta locura de pensamiento absurdo, pero en estos momentos están representando a España, y deberían aportar un 5 a un 8% al igual que como otros que no son funcionarios, y lo están aportando ya. En fin, que como decía que pensamiento más absurdo...
ResponderEliminar¡Togni, qué sorpresaza! Gracias por esta visita. Ya me he dado una vuelta por los sitios de tu sobrina. Joer, habla más idiomas que el Papa. Qué tía.
ResponderEliminarUn beso.