Hoy
me ha dado por pensar (peligro) en este concepto, ya adolescente, que llamamos
“Globalización”. Y advierto, con cierto desencanto, que no parece referirse a
un hecho de ocurrencia creciente, en virtud del cual las personas gusten cada
vez más, de moverse en globo por el planeta. Quién sabe si cinco semanas fueron
ya suficientes, no solo para el Dr. Fergusson y sus acompañantes, sino para la
mitad de los habitantes de La Tierra, que ya ha debido de leer la obra de
Verne.
No.
Parece que la Globalización es otra cosa. Es como “la ley del embudo”, un fondo
de saco, un camino de ida sin vuelta, que a algunos les permite ampliar el
límite del “huerto” en el que hacen negocios y dinero, hasta el más alejado
extremo del mundo; mientras que los de aquel remoto lugar no son recíprocamente
compensados por el destino (algo corrompido a estas alturas), adjudicándoles
alguna pequeña cuota del nivel de bienestar del que disfrutan los primeros.
Puede que en la mitad del
planeta que no ha leído Cinco Semanas en Globo haya Globalización. Lo que no
está tan claro es que haya libros que leer.
En todo caso, cuando consigan que les llegue los libros, ya se encargarán los amos de la globalización de que leer esté mal visto, como sucede aquí: saber quién es la ex novia del futbolista de Segunda es socialmente más relevante que haber leído 'El Quijote'; es más, dices en voz alta que no hay dios que se lo lea, y te aplauden en cualquier bar.
ResponderEliminarAsí nos va: corrupción rampante, violencia de pareja en ascenso, falta absoluta de educación...
Un abrazo.
Ufff, sí que nos falta un hervor por estos lares. Ya lo creo que sí. En todo caso, me consolaré pensando que en lo de la globalización, no somos los más activos...
ResponderEliminarUn abrazo.
PD. He quitado la verificación de palabra en el blog, aunque tú lo llamabas de otro modo. No sé si será eso a lo que te referías.