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domingo, 17 de junio de 2012

Dietario Errático (23-08-2011)

Tengo un vecino en mi casa (léase portal), que también lo es de piso (entiéndase planta), que solo hace que hablarme de la TDT (sí, exacto, la Televisión Digital Terrestre), cuando coincidimos en el ascensor. Así, a bote pronto, uno piensa que hablar de la climatología en semejante situación es un recurso razonable, dado el hecho probable, o al menos posible, de que ésta sea cambiante cada día. Pero la TDT es inmutable. Es como muchos axiomas científicos o los dogmas de fe. De manera que una vez que se ha dicho algo sobre ella, ya no queda más nada que se pueda añadir. Eso creía yo hasta hace tres o cuatro años, o los años que haga que se inventó este invento, que ya debe ser un plazo de esos que uno intuye cortos, y siempre acaban por ser más largos. Lo que demuestra, por cierto, que hay un porcentaje elevado de lo vivido que no merece la pena ser recordado; sin que esto suponga una interpretación pesimista de la vida. Eso jamás.

Bueno, pues eso. Que cuando empezó la TDT, un buen día este vecino mío me “atacó” en el ascensor con el tema. Creo que fue algo relativo a los conectores de antena que hay en el salón, y que son dos en lugar de uno, y en relación a ello, si yo veía mejor la TDT conectando la tele al uno o al otro. Recuerdo casi nada o nada de mi respuesta, pero tuvo que ser de una vaguedad preocupante para mi vecino, que se empeñó de inmediato en hacerme una inspección visual de la instalación del aparato del TDT de casa. Y en efecto, a los pocos días la hizo. No pude impedírselo (nadie hubiera podido), cuando salió presto de su casa al oírme llegar de la oficina por la tarde.

Aunque en aquel tiempo yo veía bien los canales de la televisión terrestre, algo debió no merecer su conformidad de inspector televisivo, porque a partir de aquel momento, y en los últimos años, cada encuentro nuestro en el ascensor (afortunadamente somos de horarios poco compatibles) se ha venido saldando con una frase por su parte, que es esta que aquí cito: “¿solucionaste ya el problema de la TDT?"

Jamás supe qué problema tuve con la TDT. Pero el recuerdo de la entregada preocupación de mi vecino por mi acceso a los contenidos televisivos, me vino de nuevo a la memoria hace algunas semanas, cuando cambiaron la frecuencia de emisión del Teledeporte y de algunas otras cadenas.

Como quiera que soy un tipo paciente y tranquilo, no di mayor importancia al hecho de dejar de recibir la señal del Teledeporte. Como quiera, empero, que soy de natural algo Mariano, y hay retransmisiones deportivas a las que me gusta asistir desde mi sillón, y que empezaba a perderme por no tener las cosas en su sitio; un día en que me tropecé con el vecino de enfrente, me pudo la ansiedad y me adelanté a él, preguntándole si podía ver Teledeporte en su casa. Y ello, por saber yo si era un problema de antena que discriminaba a unas verticales respecto a otras, o era que estábamos todos los habitantes de la finca perfectamente desintonizados. Como en las reuniones de Comunidad, vaya.

En fin, lo cierto es que podía haberme ahorrado el lance, porque al día siguiente encontré un cartel en el portal de casa que anunciaba que el canal de Teledeporte ya estaba disponible, y que podía ser sintonizado en las televisiones.

Ahora sospecho que mi vecino, que lo es de portal y planta, andará escribiendo por los blogs de Internet, que tiene un vecino algo raro que solo hace que hablarle de la TDT cuando se lo encuentra en el ascensor.

6 comentarios:

  1. Hace unos días he leído dos noticias tecnológicas separadas por varias décadas. La primera, que había fallecido el inventor del mando a distancia; la segunda, que ya hay en el mercado aparatos de televisión que no necesitan el invento, porque responden a la voz y los gestos del usuario. No es TDT propiamente dicho, pero como tiene que ver con la tele, la próxima vez que te encuentres con tu vecino, ¿te importaría preguntarle si merece la pena hacerse con un aparato de estos?

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  2. Sabes que esta pregunta tan compleja me puede condenar a departir con él (en realidad, asentir con la cabeza mientras él habla) durante bastantes minutos, ya una vez finalizado el viaje en ascensor. ¿Lo sabes, no? Pero en fin, por un amigo lo que haga falta... :-(

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  3. Me pregunto que ocurriría si tu vecino se encuentra con este blog, aburrido por no ver teledeporte cualquier día de estos.
    Quizá este hecho abriría un nuevo e interesante campo de conversación en vuestros periplos ascensoriles.

    Nunca supe porqué se llama "televisión digital terrestre".

    ¿Qué puñetas teníamos antes? ¿Televisión analógica extraterrestre (Tae)?

    Me inquieta esta duda. ¿Podrías preguntar a tu vecino??

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  4. No veo yo a mi vecino dándose una vuelta por aquí. Por suerte. Porque, de otro modo, a ver cómo iba yo a explicarle la existencia de esta entrada... Ya sé, le diría que un extraterrestre usurpó mi identidad digital, y que él fue quien escribió esto. Claro que, él podría pensar que qué pena de identidad analógica, la mía.

    Reflexionaré sobre ello...

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  5. Yo también pensaba que el ascensor era esa trampa mortal, a lo desfiladero entre cortados donde los apaches masacran columnas del Séptimo de caballería, hasta que leí que el mundo sería un lugar mejor si hubiese más ascensores: ¿o no es cierto que hay gente que te saluda afectuosamente es esos 10 metros cúbicos y luego parece no conocerte a una 'manzana' de casa?
    El artículo en cuestión está bien, aunque podría mejorarse (supongo): http://finofilipino.com/post/10682946044/el-mundo-seria-un-lugar-mejor-si-todos-fueramos-mas

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  6. Hay muchos tipos de ascensores, de todas formas. Los de un edificio de oficinas, por ejemplo, forman una fauna muy específica.

    Gracias por la visita, Alterfines. Saludos.

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