estrachas del ocelote

Pequeño almacén de letras



sábado, 1 de mayo de 2010

Oftalmología voluntarista


Mi ojo derecho hace que no levante cabeza desde hace algún tiempo. Se ha convertido en un precoz toca pelotas, y a veces pienso que tiene voluntad propia, y que se ha arrojado a una dinámica de soberbia en la que querer llamar la atención de la clase médica es ahora su misión principal. Con éxito más que dudoso, y en vista de la situación, he ido dando tumbos en busca de algún oftalmólogo que me diera un poquito de cariño, y se interesara por mí, sin necesidad de estimularse por la inminente posibilidad de hacer caja merced a una intervención de cirugía, o sin echar mano de proteccionismos corporativistas hacia otros colegas que hubieran metido, ya con anterioridad, su dedo en mi ojo. Pero recientemente he encontrado a uno que me ha llenado de optimismo. Lo ha hecho gracias a una frase un tanto lapidaria sobre mi persona, pero que a mí me ha sonado a música celestial. "No me lo tome a mal -me dijo- pero es usted un tipo raro. Vuelva mañana mismo, que tenemos mucho que trabajar con ese ojo".

A la salida de la consulta me habían cascado una multa, a pesar de haber puesto un papelito de aparcamiento regulado. Di alcance a la denunciante operaria, y le pregunté si podíamos arreglarlo por el sistema de "liquidación de sanción de aquí te pillo aquí te mato", aplicable a los que se pasan por pocos minutos del tiempo de estacionamiento autorizado. "Es imposible -me dijo con una sonrisa-, ha aparcado usted en un sitio reservado para ambulancias. Se conoce que no ha visto la señal".

Se conoce que la puta señal estaba por el lado del mundo que controlo con mi ojo derecho.



Enero de 2009

2 comentarios:

  1. jajaj... Mala suerte, chico. Arréglate ese ojo lo antes posible.

    no lo tengo claro

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  2. Si tú no lo tienes claro, imagínate yo con el ojo de cualquier manera. En fin, me lo cuido todo lo posible.

    Un saludo

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