estrachas del ocelote

Pequeño almacén de letras



sábado, 27 de febrero de 2010

Love is in the air


(Ring, ring, ring)

-El Corte Ingles. Servicio de atención al cliente. Le habla Silvia. Buenos días ¿En qué puedo ayudarle?
-Buenos días señorita. Soy un cliente insatisfecho. No excesivamente insatisfecho, pero insatisfecho, al fin y al cabo. ¿Me pueden devolver mi dinero, por favor?
-Por supuesto señor. ¿Cuánto dinero es?
-1,45 euros.
-Ya mismo le estoy haciendo una transferencia. Pero por favor, ¿me podría decir qué articulo ha sido la causa de su insatisfacción? Es por completar el formulario para la estadística de clientes insatisfechos.
-Ha sido una barra de esas de chapata, o cómo se llame. No estaba a mi gusto.
-¿Cómo sabe que no estaba a su gusto?
-Pues porque me la he comido.
-Me lo temía señor.
-Y yo también me lo temía. Estaba un poco más tostada de lo habitual.
-No me refiero a eso caballero. Verá, para hacer efectiva la devolución de su dinero, necesitamos que nos devuelva el artículo que originó su insatisfacción.
-Contento no me quedé. Eso es cierto. Pero tampoco me sentó tan mal como para devolverlo.
-Pues hubiera sido preferible de otro modo, porque ahora estamos en un callejón sin salida.
-Sí que lo siento, qué torpeza la mía.
-Bueno, habría una posible solución. Quizá podamos devolverle alguna otra cosa que no sea su dinero.
-¿Me pueden devolver una reforma completa del cuarto de baño de mi casa?
-Tendré que consultarlo con el supervisor, pero probablemente sí. ¿Cuándo nos entregó su reforma?
-Hará un par de horas.
-Pues entonces la cosa se simplifica. Se la devolveremos haciendo uso del formulario A-33 para devoluciones de lo reciente. Es abreviado. Será coser y cantar.
-Oiga, señorita. Y si de paso le pido una información, ¿me la daría?
-Si está en mi mano, sí.
-Verá, necesito el nombre, domicilio particular y número de teléfono de la señorita que sale en la campaña publicitaria de la moda de verano de ustedes.
-Lo siento. No está en mi mano.
-¿Hay algo que esté en su mano?
-A decir verdad, sólo el número de teléfono de mi Agencia Tributaria. Me lo he escrito en ella para recordar que tengo que llamar a ver cómo va lo de mi Declaración de Renta.
-¡Hombre, qué casualidad!
-¿El qué es una casualidad?
-Que yo sea el inspector jefe de su Agencia Tributaria.
-¿Y cómo va lo de mi Declaración?
-Va bien. Va muy bien. Le daré más detalles sobre la sanción que le corresponde si me resuelve lo de la chica de la campaña de verano.
-No me es posible acceder a esa información. Si le vale, le puedo dar esos mismos datos de mi propia persona.
-¿Qué tal le quedan a usted los bikinis?
-De infarto. El último verano fui elegida Miss Bikini en las fiestas de mi pueblo.
-Pues entonces servirá. La llamaré esta tarde.
-De acuerdo. Hasta entonces.
-Hasta entonces, ¿qué?
-Hasta entonces, tutéame cariño.
-¿Y después de entonces?
-Si todo va bien, serás mi amante, bandido.
-Me parece razonable. No te olvides de la referencia catastral del piso para lo de la Renta.

(Clonc)
(Clonc)



Junio de 2005

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